La música propone y la genética dispone; el destino de Heather Woods Broderick, hija de músicos – sus padres se conocieron en un concierto donde la madre actuaba y el padre asistía como público – y hermana a su vez de otro muy recomendable autor, no deja de ser la de una mujer destinada a expresarse artísticamente. Es conocida por ser una talentosa multi instrumentista, habiendo trabajado en torno a artistas reputados como Horse Feathers, Efterklang, Sharon Van Etten o su más reciente colaboración con Damien Jurado.
La músico de Oregón ha regresado con el muy esperado «Glider» (2016), de estrafalaria y simpática portada y compuesta por nueve canciones, tras siete interminables años de inactividad propiciados por su frenética labor al frente de sus diferentes proyectos que la han colocado como una artista cotizadísima de la escena independiente americana. Lejano queda ya el celebrado “From the Ground” (2009), ese disco de pop delicado que coqueteaba con el ambient o el neo-folk, ejercicio de estilo marca de la casa, mediante el cual la artista viste de bucólicos paisajes sus composiciones. Elaboradas melodías vocales, un bello tono de voz y sus cuidados arreglos instrumentales convierten su obra en pura artesanía musical.
