Texto: Beatriz H. Viloria
Su anterior visita andaba fresca en la memoria, aunque, como quién no quiere la cosa, fue hace casi tres años cuando la banda viguesa se pasó por las tablas del Café Berlín de la capital. El pasado viernes, The Soul Jacket recalaba de nuevo en Madrid, en una jornada de lucha y reivindicación con motivo del Día Internacional de la Mujer que, irremediablemente, tendría su hueco en la sala Cool Stage que les recibió con emoción y muchas ganas.
Esa noche, el honorable se disponía a meterse, voluntariamente, en una cárcel. Toño López y compañía presentaban su última entrega, Plastic Jail (2018), cuyos barrotes fueron descubriendo en el orden del álbum, con la inyección de energía de Rainbow Pills como revitalizante arranque. Y era adecuado que Keep on fighting se erigiera como el himno de la velada en la que Toño no dejó de recordar lo que se estaba defendiendo en las calles. «Hermanos, hermanas, ¡seguid luchando!».
Volviendo a recordar al personal por qué se le conoce como el «Joe Cocker gallego», Toño exhibió a conciencia esas cuerdas vocales con las que ha sido agraciado, transmitiendo rabia, positivismo y hasta la luz de temas como Lying on the grass. Y todo ello en perfecta sintonía con la banda, un reloj sin fallo pero con puro sentimiento. Las guitarras sonaban rugosas, luego cálidas en In a Golden Brown. Batería y teclados reclamaban su espacio también, y en conjunto levantaron los muros de sonido de Everybody runs, puro rock and roll para el baile y el disfrute de los asistentes.
Siguiendo la montaña rusa emocional del disco, llegó el respiro optimista y cargado de riffs de Better days are coming, para después hacer arder el local al ritmo de Fire, con la batería liderando el camino, las cuerdas soltando chispas y la pista echando humo. El tiempo pasaba volando y, de repente, asomaban ya las últimas canciones de la noche. Habiendo concedido el grueso del concierto al presente, fue en los bises donde The Soul Jacket rescataron títulos del pasado como People, esos con los que nos conquistaron en 2012 al debutar con Wood Mamma y nos hicieron creer que venían del otro lado del charco cuando ese rock clásico y lleno de alma y corazón llegaba directo de nuestro norte. De las muchas bandas que debemos creernos y saber que nos las merecemos, para vivir directos como el del viernes.
Fotos: Le Chuck Studio