Texto: Bruno Corrales
“¡Somos la familia guapo!”. A Rennie Sparks le estaba tocando el trabajo sucio entre canciones y lo intentaba en un esforzado y simpático spanglish frente al público que abarrotaba el Teatro Lara. Noche de miércoles de auténtico lujo para volver a ver en directo al combo que forma junto a su marido, Brett Sparks. Valencia, Madrid y Avilés eran las ciudades elegidas en su reciente tour europeo para presentar el que ya es su décimo álbum, “Unseen”, curiosamente el primero autoeditado bajo su propio sello, Milk & Scissors Music.
Alta expectación con una cola que minutos antes llegaba casi hasta la plaza de la Luna para escucharles cantar canciones como “So much wine” o “The Bottomless Hole”. Historias de nostalgia y tristeza, relatos de vida y muerte en la América profunda. La propuesta en escena no podía ser demasiado extravagante: dos voces, guitarra eléctrica y banjo con el acompañamiento de batería y guitarra, alternándose este último a un maravilloso y evocador slide guitar.
Dos décadas de canciones y relativa suerte, aunque nunca con grandes expectativas, en las que un buen día todo cambió inesperadamente cuando uno de sus temas, “Far from any road”, era el elegido para dar forma a los créditos de introducción de un fenómeno como televisivo como True Detective. Todo un espaldarazo que por supuesto les granjeó mucha más atención por parte del público. Ellos, más allá de sentir presión, encantados e incluyéndola con normalidad en el ecuador de su setlist, que iba avanzando cuando sin apenas darnos cuenta ya se estaban despidiendo con canciones como “The Giant of Illinois” o su primera composición juntos, “Arlene”.
Pero la noche pedía más, el público también, y no hubo que esperar demasiado. Brett y Rennie volvían a aparecer en el escenario flanqueados por su pequeña banda para cerrar una apacible noche con “Frogs” y “Don’t be scared”. Como en casa, en nuestra casa de Ohio, escuchando juntos historias asombrosas alrededor de la chimenea.