Texto y fotografías: Bruno Corrales

Un festival de amigos, esa era la sensación general y así denominaban al Esmorga Fest unos inspiradísimos Triángulo de Amor Bizarro sobre el escenario en el momento culmen de la jornada. No se entienda como un juicio de valor a la profesionalidad de la organización, intachable y al quite en todo momento, sino como un pensamiento compartido por músicos y público. Ese punto de equilibrio en el que un festival aúna ambiente familiar e interés musical. Una ciudad acogedora, espacios cómodos y un criterio tan arriesgado como exigente a la hora de confeccionar el cartel. Así, se daban situaciones como las de los madrileños Atención Tsunami, que caldeaban el ambiente a última hora de la tarde asegurando que si ya hubiesen acudido encantados como público, venir a tocar era para ellos todo un lujo.

Nueva Vulcano

Los madrileños eran los responsables de cerrar los conciertos gratuitos de tarde en un emplazamiento espectacular, el patio de A Unión, a los pies de un palacete construido en 1890. Tan buen plan que hasta la lluvia nos respetó para poder disfrutar de las actuaciones de Beach Beach, de la paleta de sonidos de Aries, pseudónimo de Isabel Fernández Reviriego, y de los citados Atención Tsunami, que terminaban de realizar la puesta a punto con canciones tan coreables como “El Algoritmo de la Noche”, con invasión de escenario incluida. Llegadas las nueve de la noche tocaba pasar a la sala Litmar, donde el ambiente era de diez desde primera hora, con los locales Voltem o los portugueses Equations y su rock marciano psicodélico.

Aries

La diversidad, siempre dentro del underground, iba a ser constante durante la noche. Sobre todo teniendo en cuenta que los próximos en aparecer sobre el escenario iban a ser Los Bengala, con hambre de directo después de un mes sin tocar -demasiado si se trata de ellos-. Así, pasábamos de rock progresivo al punk y el rock and roll más primigenio, de versiones de Los Saicos o Los Sirex a lo mejor de su primer disco, «Incluso Festivos», así como un par de temas nuevos que formarán parte en breve del nuevo disco de los aragoneses. La noche, que cerrarían Malandrómeda (sustituyendo a última hora a Paus), los gallegos Músculo! y Pálida, llegaba a sus dos momentos clave con los conciertos de Nueva Vulcano y Triángulo de Amor Bizarro. Los primeros, una de esas bandas que movilizan a una legión de fans acérrimos entre los que se encuentran curiosamente miembros del resto de bandas, atacaban el repertorio son su habitual discreción y contundencia, cerrando como no podía ser de otro modo con temas como “Te debo un baile”.

Los Bengala

Con Triángulo de Amor Bizarro llegaría el desmadre y sin duda las grandes cimas de la noche. Recientemente galardonados como los autores del mejor disco del año, demostrarían a base de vatios los motivos de tanto reconocimiento. Intensidad desbordante, melodía y un riesgo innegociable en todo lo que hacen. Se trata de un grupo en estado de gracia y lo mejor de todo es que no está muy claro si ya han podido ofrecernos lo mejor que tienen. Locura colectiva inevitable e las primeras filas de sala Litmar, que disfrutó de una exitosa edición de un Esmorga Fest que nos deja con ganas de mucho más.