Nadie diría que tras la apariencia country de Germán Salto (Madrid, 1984) se esconde un piloto comercial que escribía los temas de su primer disco en los ratos muertos que pasaba en África, Asia, Europa… o su propia casa. “Salto” (Industrias Bala, 2015), pese a haber sido concebido en infinidad de paisajes, guarda una unidad de sonido americano sesentero, polvoriento e ingenuo, que parece más una declaración de intenciones del que fuera guitarrista de Serpientes, Hairy Ladies, Timón o Willy Tornado, más que un vinilo al uso. Sin embargo, pese a toda la personalidad que desprende “el disco del gallo”, la grabación de “Til the Morning” (quinto corte del disco) en los Estudios SON Estrella Galicia supuso un esfuerzo común entre músicos que casi parecían conformar una superbanda auspiciada por Salto.
“Lo grabé con otra banda, me junté con esta gente y empezamos a hacerla en directo, así más tipo jam band, y me daba mucha pena que eso solo se pudiera apreciar en directo, así que ya puestos a grabar algo, les dije de grabar esta, y les pareció bien”, explicaba Germán refiriéndose a sus cómplices: Ekain Elorza (también en Dinero) a la batería, Pere Mallen a la guitarra (también con Julián Maeso), Paco López a la segunda guitarra (también en Morgan), Juan “Utah” al bajo (también en The Right Ones) y Carolina de Juan “Nina” a los arreglos de piano (también en Morgan).
Pese al objetivo original del madrileño, gracias a los consejos del productor de los Estudios SON Estrella Galicia, José María Rosillo -también en lo cinematográfico, recomendando a los jóvenes el visionado de “Rockshow” (Paul McCartney, 1980)-, el tema pasó de contar con un bajo de caja a otro de piano, siendo grabado en apenas un par de tomas, casi sin necesidad de reconstruir el sonido de los instrumentos. “Hice “Til the Morning” en casa, y para mí en principio era una canción lenta, así tipo Neil Young. Luego nos la hemos llevado al territorio de la americana”, explicaba el compositor madrileño.
Entre risas, chistes y punteos imposibles de guitarra, el proceso de grabación se alargaba casi sin notarse. “No me esperaba tan buen rollo. La gente es encantadora”, decía Germán Salto. “Esto es lo mejor que podemos estar”. No solo el tiempo, sino también la duración del tema se expandía con el regocijo que supone el sentirse cómodo. Tanto, que José María Rosillo se veía en la obligación de advertir a la superbanda acerca de la capacidad de los single de vinilo rojo: “Con esta dimensión se puede meter a 33rpm, pero la mayoría de la gente la va a poner a 45 rpm y vais a sonar como los pitufos”. Sin embargo, Salto se resistía a acortar la duración del tema. Tal cual sonaba en directo era como debía sonar en el single. Seguramente sea este SON Records el de mayor longitud de todos los singles grabados hasta la fecha, aunque de seguro será un detalle que perderá importancia en la escucha, que bien podría recordar al momento de su alumbramiento: una escucha hedonista y concebida tan sólo para el disfrute.
