Cuando Jacco Gardner se despedía del público de El Sol -siempre tímido, escondido bajo la melena castaña que le sirve de coraza- lo hacía frente a una sala repleta de gente. No había pasado un año desde su anterior visita, el 15 de mayo de 2015, y el número de personas había aumentado. En aquella ocasión, Gardner eligió visitar Madrid para presentar “Hypnophobia” apenas unas semanas después de ser publicado. Ocho meses más tarde y con el álbum digerido como merece, el directo de anoche se convirtió en la confirmación del éxito y en la perfecta celebración del 37 aniversario de la sala madrileña.
Lo del holandés hace tiempo que dejó de ser casualidad. “Cabinet of Curiosities” fue un debut arrollador, un álbum efervescente que supo recomponer las ideas sonoras de la primera oleada psicodelica británica y que, sin promociones excéntricas o suflés periodísticos, fue abriéndose paso entre los oyentes. Para bien o para mal, la música de Gardner se mueve a menor velocidad que la que acostumbran otros contemporáneos. Dos años después llegó un “Hypnophobia” que si en su parada de 2015 en Madrid ya sonó compacto y brillante, anoche se le vio pletórico de manos de un quinteto que no ha dejado de crecer.
Como una maestro relojero que ha encontrado los engranajes perfectos, Gardner sigue apostando por los cuatro miembros que ya le acompañaron el pasado año y con los que se presentó en esta ocasión aún más inspirados, con mayor fiereza y un gusto creciente por la improvisación, algo que dejaron marcado en los primeros compases de la noche. Cuando sonó “Hypnophobia” -canción que da título al álbum, con la que inició el directo y que sirve para resumir a la perfección la idea de ensoñación que navega a lo largo de los 40 minutos de un trabajo mucho más instrumental- o “Before the Dawn”, el quinteto se sumergía en una fase jam en la que explotaban sus mejores cualidades rítmicas. Esa destreza, combinada a la facilidad de Gardner para crear canciones de calidad –“Puppets Dangling” o “Find Yourself” son una pequeña muestra- , dan como resultado un set ganador.
Si en el concierto de mayo el encargado de abrir la noche fue Tórtel, en esta ocasión le correspondía el turno a Ramírez. El joven músico, que también ha colaborado con el propio Tórtel, presentó en la sala El Sol su debut en solitario, “Book of Youth”, un trabajo pop tallado pensando en la baja fidelidad y recuerdos a los 90 y que en directo y acompañado también por su banda se agrandó en una noche redonda en la que celebrar los ya 37 años que luce la legendaria El Sol.
