Por Elisa Iglesias
Hay discos que se convierten en la banda sonora de tu vida. Y lo hacen de tal forma que al sonar, sea casualidad o no, esas canciones que desgastaste más que a unas zapatillas de correr te transportan a aquella época. Nos sucedió con “A propósito de Garfunkel” de The New Raemon hace diez años, un flechazo que aún perdura. Décimo aniversario de un disco imprescindible y de un artista muy ligado al Café & Pop Torgal con el que se cerraba la primera parte de los conciertos que festejan estos quince años de Torgal.
Como telonero Dimas Rodríguez Gallego, cara visible de Invisible Harvey, que nos acercó los temas de su álbum debut “La puerta giratoria” (2016) entre los que se encuentra “Experto en mirar techos” que forma parte de la banda sonora de la serie de televisión “Mira lo que has hecho”, creada y protagonizada por Berto Romero.
Ramón Rodríguez se adueña del escenario seguido de Miquel Sospedra (bajo) y de Salvador D’Horta (batería). El idilio entre el Torgal y Ramón se inicia durante el American Autumn del 2012 con el pretexto de acompañar sobre las tablas a Crooked Fingers y junto a María Rodés. La primavera de ese mismo año volvería a nuestro saloncito para presentar “El Problema de los Tres Cuerpos”, LP compuesto e interpretado en directo a seis manos con Francisco Nixon y Ricardo Vicente. En el 2014 regresa con “Oh, Rompehielos” bajo el brazo y el año pasado en la gira conjunta con Ricardo Lezón (Mc Enroe) y su “Lluvia y truenos”. Suena “La Cafetera” y un agujero de gusano se abre bajo nuestros pies. Un pellizco en el corazón, de la batería más enérgica vamos de menos a más con “Tú, Garfunkel”.
La memoria ya no quema, pero una cicatriz casi apenas visible da testimonio del incendio. No tararear estribillos que conoces mejor que tu DNI es una quimera, “¡Hoy, estreno!” es un claro ejemplo. Palmas de la banda y el público para “El fin de la resistencia”; la obsesión de dar un brazo o los dos a cambio de leer su mente. Ramón sigue el orden del disco y tras “Fuera complejos” llega “El saben aquel que diu”, la llamada ingenua al amigo que se pierde el concierto por trabajar, el chiste todavía dura. De la negatividad al cuadrado de “Mil gracias” a la dulzura que “Elena-na”; al ligue de aquella noche no le confesaste que roncaba.
La armada invencible de lo nunca dicho te saluda desde las profundidades de “Hundir la flota” y el Mediterráneo te invita a bañarte con “El cau del pescador”. Ramón finaliza el disco con “A propósito del asno”, dedicada a sus hijas. De postre, “Sucedáneos”. Siempre generoso con su público, por los bises se cruzan “Lo bello y lo bestia”, una versión de Mc Enroe, “Desencuentros”, “Consciente Hiperconsciente”, otra versión de American Music Club y “Te debo un baile” para cerrar el agujero de gusano. Fuera ya no llueve.