Ricardo Lezón en Teatro Lara

Por Bruno Corrales

Ricardo Lezón en Teatro Lara

 

En una semana en la que el frío llegaba de golpe, con serias intenciones de instalarse y anunciar el invierno, llegaba también Ricardo Lezón con nuevo disco bajo el brazo. Un marco como el del Teatro Lara se convertía sin duda en el escenario perfecto para presentar su primer disco en solitario (aunque nunca demasiado lejos de McEnroe), titulado “Esperanza”. Y resulta curioso, además de valiente, el atrevimiento a nadar contracorriente y arrojar un rayo de luz en un ambiente poco propicio, helado y crispado. Es decir, cuando más falta nos hace.

 

 

Los seguidores habituales del músico vasco saben bien que se trata de alguien capaz de llegar dónde la mayoría solo imagina hacerlo. Experto en explorar los abismos y revolver sentimientos sin caer en la cursilería ni en lugares comunes, Ricardo Lezón es uno de los músicos con mayor sensibilidad de nuestra música, imprescindible pero ante todo inimitable. Y por si no fuera poco, también generoso, pues su noche daría para más y unos minutos antes pudimos disfrutar de MOW, el interesante proyecto de Gabriela Casero, que abría la velada no sin gran esfuerzo, medio fuera de combate, debido a uno de esos catarros de entretiempo (que apenas notamos). Aperitivo de lujo el sumergirnos en su universo onírico de dream pop en el que le acompañan los miembros de Solo Astra. Como estar por un momento en el Bang Bang Bar de Twin Peaks.

 

MOW en Teatro Lara


No se haría de rogar mucho más Ricardo Lezón, que aparecía sobre el escenario con su típica gorra y su inevitable timidez. Junto a la banda, que poco a poco y con elegancia se iba incorporando, empezaría a desgranar Esperanza con canciones como “Noviales” o “Lobos”, poco antes de la estimulante “Chet Baker”. Con un repertorio que raya el notable con aparente facilidad, esa misma sencillez engañosa que le acompaña, la noche bien podría haber sido un éxito sin canciones antiguas. No obstante, nos regalarían “Como las ballenas”, del espléndido Rugen las Flores (2015), así como un final para el recuerdo. Terminado el concierto, o al menos aparentemente, cuando las luces del Teatro Lara se encendían y el público aplaudía entusiasmado pero sin especial convencimiento de traerle de vuelta al escenario, Ricardo aparecía solo con su guitarra y se sentaba al borde obviando los micrófonos para interpretar “La cara noroeste”, una de las canciones más poderosas de la banda madre. Un cierre perfecto para conservar el calor de camino a casa.

 

Ricardo Lezón en Teatro Lara