FLAMARADAS, MAR ADENTRO, por César Luquero
Resulta complicado encontrar un grupo de tan acusada personalidad. Y no solo aquí.
Un grupo como Flamaradas es excepción. Aquí y en cualquier parte. Liderado por Daniel Magallón –cantante y guitarrista, de 43 años, oriundo de la localidad barcelonesa de Sant Joan Despí–, propone una visión particularísima de nuestras músicas populares. Hace escala en géneros como la rumba o la canción latinoamericana, pero no abdica de las músicas que le acompañaron desde la adolescencia y que siguen presentes en sus partituras. El punk, el garage o la psicodelia asoman a las estrías de «Pasaje entre las cañas», su segundo álbum, que vio la luz a finales de 2015 y se reveló como uno de los discos más interesantes y personales del rock español en dicho ejercicio.
Ya que hablamos de rock español, no está de más recordar que dicha etiqueta –con todas las restricciones que se quieran– es una de las principales fuentes de inspiración para Magallón. Radio Futura, Más Birras, El Último de la Fila y, sobre todo, Kiko Veneno, ocupan plaza de privilegio en su altar particular. Porque Magallón huye de la mímesis sonora como de la peste. En lugar de emular a héroes confesos como The Velvet Underground prefiere acotar un espacio creativo propio, muy peculiar, que implica al resto de sentidos. Quiere escribir canciones que huelan y sepan a su barrio, a su comarca, a su entorno inmediato. La mayoría de las veces, lo consigue.
Acompañado por músicos presentes en otros grupos y proyectos de la Ciudad Condal –es el caso de Germán Carrascosa o Daniel Granados–, el líder de Flamaradas nos invita a pasear con los ojos bien abiertos para redescubrir ese paisaje que nos pilla tan cerca y al que raramente prestamos atención. El 22 de octubre en el Fotomatón madrileño –con Invisible Harvey también en cartel– podremos acompañarle en su garbeo.