Corría el año de 1914 cuando T.S. Elliot, célebre escritor norteamericano, se decidía a dedicarle unas líneas a Howard Aiken. Palabras tan calurosas como el mismo mes de julio en el que fueron pensadas. Se trataba del poema con mayor carga erótica de toda la producción de Elliot. Años después era Francis Bacon quien recogía el testigo de esta lúgubre sensualidad, plasmándola en su inclasificable obra artística. Ya en el nuevo milenio, Niño de Elche elegía estos mismos versos para homenajear al pintor. Ahora, ya cerca de la semana santa, la “tortura y dolor” que rezaba el verso, se transformaba en manos de Toundra y Paco Contreras en “tortuga y dolor”. Todo fuera por aliviar la intensidad de un tema capaz de provocar escalofríos, tanto de disfrute como de perturbación.
La amistad entre la banda de hard-rock instrumental Toundra y el ecléctico cantaor Niño de Elche venía desde la pasada edición del Monkey Week. Aquellos que estuvieron atentos a las redes sociales de SON Estrella Galicia durante las jornadas serían testigos afortunados del “nacimiento de una bonita amistad”, como se suele decir.
“Nuestro amigo Cascajosa nos invita a un tema de coloquio. Carcajosa, Esteban y yo. Y ahí ya hablamos de lo divino y de lo humano”, explicaba Paco. “De los caracoles”, bromeaba Esteban Girón, guitarrista de Toundra. “Exactamente”, proseguía Contreras. “Y fue un acercamiento, la verdad. Porque si pasábamos del acercamiento en ese proceso, en ese espacio… entonces ya, no habría problemas”. Esteban Girón respondía, poniéndose serio. “Yo no le conocía. Le conocí cinco minutos antes de hacer ese coloquio. Y ya nada más saludarnos, nos caímos bien, y en el coloquio nos caímos mejor. Y salimos esa noche por el Monkey Week… y ese mismo día ya le pedí que trabajásemos juntos. Por lo menos, que nos escuchase. Y al final le hemos engañado”.
El “engañado” aparecía por los Estudios SON Estrella Galicia un rato más tarde que sus compañeros de formación – juntos desarrollan el proyecto Exquirla -, con los instrumentos ya preparados para dar forma a la “Canción de amor de San Sebastián”. El objetivo de este SON Records consistía, para ambas formaciones, en grabar el tema en una sola toma, y en directo.
“Es un texto al que yo puse música hace cuatro años, para un espectáculo sobre Francis Bacon. La pintura y la vida de Francis Bacon. Yo creo que fue el primer tema que realmente compuse en mi vida. Y el texto está acompañando a la poesía. Yo nunca lo llegué a grabar. De momento, comenzamos a ensayarla para el concierto como Exquirla. Se lo planteé, les gustó, y bueno. Y hoy creo que era el momento de lanzarlo”, explicaba Niño de Elche momentos antes de encerrarse en un pequeño cuarto separado de Toundra para dar rienda suelta a su particular quejío flamenco (“¡No den de comer al cantante”, bromeaban los de Toundra al ver al cantaor encerrado en aquella pequeña pecera, casi como si una segunda tortuga se tratara).
“Mi sueño, al fin y al cabo, cuando compuse ese tema, era poder grabarlo con una banda como Toundra. Yo lo tocaba con una guitarra acústica, o con una eléctrica. Pero todo el universo de Toundra era realmente la sonoridad que a mí me interesaba. Porque yo sentía que fluía dentro”, comentaba Contreras, tratando de explicar un sonido que transita entre el flamenco y el rock, sin caer en las consabidas referencias a Medina Azahara o Triana. “Creo que esta canción refleja mucho esa idea que, desde hace años Toundra teníamos, que era acercarnos al flamenco. Y Paco es un artista que va mucho más allá del flamenco, pero que evidentemente tiene un bagaje muy importante. Y creo que esta canción ejemplifica muy bien ese acercamiento de Toundra al flamenco”, explicaba Girón. “Algo que siempre nombró Paco fue la épica. Que, para él, el flamenco era en gran parte épica. Y Toundra en gran parte también lo es. Supongo que es el punto de encuentro entre los dos mundos”, remataba Alberto Tocados, bajista de Toundra.
Como resultado de la confluencia entre el genio flamenco de Niño de Elche y la épica rock de Toundra, en los Estudios SON Estrella Galicia nacía un tema de casi seis minutos de duración – tras reducir la introducción improvisada que se pensaba incluir a priori, antes de medir la longitud del nuevo single -. Una canción de contenido oscuro, rock potente y espeso y el abigarrado espíritu del quejío flamenco. “A los 40 Principales no va a llegar, pero…”, bromeaba Contreras. “Los va a pasar”, remataba Girón. Por el momento, donde sí se podrá disfrutar de este maridaje musical, será en los vinilos rojos de SON Records. “Siento la canción realizada”, zanjaba Niño de Elche.