“Puedes sacar toda la cacharrada, que no nos vamos a quejar”, le decía Martiño Salgado, batería de Disco las Palmeras! a José María Rosillo, productor de los Estudios SON Estrella Galicia. Al momento, como si de un “abracadabra” mágico se tratara, el laureado con dos premios Grammy a mejor Producción Musical abría uno de los cientos de cajones que inundan su pecera de trabajo, descubriendo a la banda gallega un sinfín de “juguetes”: desde un theremín de bolsillo hasta cajas de ruido con los nombres más impronunciables: un stylophone (“con esto grabó David Bowie su “Space Odity”, instruía el productor a las Palmeras), un nebuophono, un thingamagoop…
La “cacharrería” se iba amontonando en los Estudios SON Estrella Galicia junto al MS10 y al microcore con el que experimentaba Julián L. Goicoa, teclista de la formación. Disco las Palmeras! cambiaba en esta ocasión la guitarra eléctrica, cuyo sonido (caracterizado por una cuerda de bajo escondida entre las demás) había definido “Axfixia” (Sonido Muchacho, 2015), último LP de los gallegos, por un bajo de sonido metalero y “guarrete”, como lo definía Diego Castro, bajista, guitarra y voz de la banda. De este modo, tirando de referencias setenteras, teclados sintéticos y mucha ambientación espacial, los gallegos daban rienda suelta a su creatividad noise con un tema que, por el momento, aún no tiene ni nombre.
“La teníamos un poco esbozada en la mente y ayer la terminamos”, comentaban los gallegos. “Nos apetecía probar cosas nuevas y ya en la cabeza se adaptaba”, explicaba Julián a propósito de la nueva instrumentación. “Son como ideas sueltas. Quería hacerla optimista, por una vez, y al final parece un manual de autoayuda”, completaba Diego. “No se parece mucho a lo que había en “Asfixia””. Pese al cambio de registro de Disco las Palmeras! la grabación en directo se completó en apenas un par de tomas limpias, dejando el resto del tiempo restante a la imaginación y el juego con los tesoros electrónicos de José María Rosillo.
Si bien aún desconocemos el nombre con el que será bautizado este single de SON Records, de lo que podemos estar seguros es de que se tratará del más “espacial” de la historia de los vinilos rojos. La creatividad y el ingenuo de la banda gallega no tiene límites, algo que demostraron con creces en esta jornada de estudio, marcada por la precisión de un trío experimentado pese a su juventud, que nunca ha dejado de jugar.
