El virtuosismo también encuentra su existencia en voz baja. Así lo demostró la banda norteamericana Low ayer 26 de octubre en el Teatro Lara de Madrid; sin hacer ruido pero deleitando; exaltando el culto a lo exquisito y haciendo de la delicadeza una opción de fuerza. Una hora y cuarenta minutos de melancolía contenida y dolor, vislumbrados a través del vidrio de lo bello.
“One and Sixes” es su último trabajo; lanzado el pasado 11 de septiembre y para el que contaron con la colaboración del batería Glenn Kotche de Wilco; siendo los estudios de Justin Vernon en Wisconsin el lugar idóneo para registrarlo. “Gentle”, “No comprende” o “The Innocents” son algunos de los temas incluidos en este álbum, que ayer hicieron las delicias de un público que no articuló palabra al verse inmerso en tal viaje.
Y hablar de viaje supone hacerlo de “Plastic Cup” de “The Invisible Way”, que ocupó su lugar en lo alto del repertorio. Proyecciones en movimiento (carreteras, paisajes) contrastan con el inmovilismo de la banda que sin embargo expresaba desde la sensibilidad de quien no necesita exagerar para hacer físico el sentimiento.
La sobriedad en el escenario de Alan Sparhawk, Mimi Parker y Steve Garrington; se traduce en pulcritud. Pulcritud en la ejecución, en el sonido y en el sentir. Y el logro es conseguir que esa pureza que abraza lo mínimo, genere atmósferas eléctricas y vaivenes de emoción. Low consiguieron sosegar a la par que producían un choque de energías entre aquellos momentos de atención y tensión, con el más absoluto de los desgarros. “Spanish Translation” o “Lies” vivirían en esos dos polos, que más que nunca se atrayeron.
Aún a falta de los bises, “What Part of Me” se antoja como final perfecto. Uno de los temas fundamentales del último trabajo de Low, encontró su verdadera forma de ser al ser interpretado en directo. Agradecidos y emocionados se despedían del teatro con timidez aquellos que consiguieron hacer del lunes un día para el recuerdo.