Uruguayo afincado en Nueva York desde 2002 (llegó allí siguiendo los pasos de su padre, que había marchado a la ciudad de los rascacielos en busca de trabajo). Los dos primeros años la música fue la vía de escape para una vida alienada por la fábrica y el aburrimiento, una manera de socializar. Primera consecuencia positiva: en 2004 se convirtió en la cara al frente de The Beets, banda de rock psicodélico y garagero. Fichada por el muy trendysello indie Captured Tracks, estuvieron en activo hasta finales de 2013, cuando Wauters anunció que iniciaba una trayectoria en solitario.
Menos demente y denso que su anterior aventura discográfica, que sonaba a The Troggs meets The Growlers,“N.A.P. North American Poetry”, su álbum de debut, una selección de grabaciones realizadas entre otoño de 2010 y verano de 2012, camina bastante desnudo, con una orientación folk que lo sitúa cerca de Syd Barrett (si miramos hacia atrás) y de Devendra Banhart y Little Wings (si miramos hacia el presente). De aparente sencillez hasta que se repara en sus dobles sentidos y lecturas, en su complejidad interna. Sus letras son masticadas por Wauters indistintamente y con calidez en castellano e inglés, al tiempo que su autor reflexiona sobre las relaciones (entre humanos o de estos con la tecnología). En directo gasta deslumbrante desparpajo, sacando mucho rendimiento interpretativo a su papel de juglar lo-fi y recordando al citado Banhart en sus inicios