Todas las crónicas que se hagan de lo vivido y lo sentido este viernes en el Resurrection Fest citarán a los dos nombres de la noche: Lemmy el líder de Motörhead y Javier, el chico del cartel que subió a cantar un tema con los In Flames. El resto de buenos momentos y de grandes conciertos, que los hubo, quedarán en un segundo plano.
El día comenzó frío con nubes y algo de niebla, temíamos que llegase la lluvia pero finalmente se mantuvo sin caer más gota que la del sudor de los asistentes que superaron en amplio porcentaje a los de la primera jornada. Los 55.000 previstos estaban hoy aquí o por lo menos daba esa sensación. Ante tanta aglomeración se produjo un amplio despliegue de la gente de seguridad y protección civil. Quizás por ello no repitió la noticia de ayer con la presencia y posterior detención de los amigos de lo ajeno que quisieron hacer su agosto a mediados de julio.
Comenzamos la jornada viendo al cuarteto norteamericano de hardcore Expire, que visitaban España por primera vez desde que comenzaron allá por 2012. Centraron su directo en su último álbum “Pretty Low” (2014) pero también nos dejaron temas de los anteriores. Tocaron en el escenario más pequeño, el #RitualStage, y lo pusieron patas arriba con su potencia, sus gritos de ánimo y su cantante, que no dudó en bajar del mismo y cantar desde abajo.
Después vimos a los alemanes Kadavar en el #RFMainStage con un estilo que recuerda a los primeros discos de Black Sabbath, dieron un gran recital con himnos como “Black Sun” y además nos adelantaron algún tema de su tercer álbum titulado “Berlin”, que se publicará más o menos en un mes. A continuación rendimos visita al escenario #ChaosStage donde nos esperaba el trash metal de los norteamericanos Toxic Holocaust. Levantaron el polvo del suelo y animaron a que se creasen unos cuantos pogos gracias a temas como “Silence”, “Nuke The Cross” y “Bitch”, con el que cerraron.
Regresamos al pequeño pero abarrotado #RitualStage donde los australianos Deez Nuts demostraron que en las antípodas sigue habiendo buena cantera de hardcore. Por buscar un paralelismo en su concierto podríamos decir que fue algo parecido al concierto de Expire pero multiplicado por dos con todo lo que eso supone en cuanto a bailes, sudores e, incluso, algún desmayo.
Y entonces llegó el primer gran momento de la noche, el más esperado de esta edición, ver a uno de esos grupos venerados más allá del género, ni más ni menos que a Motörhead con Lemmy al frente en su única actuación en España en 2015. Antes de presentarse con un “We are Motörhead and we play rock’n’roll» ya tenían al público en el bote, que casi llenaba el césped del escenario principal. Fue uno de los conciertos más increíbles que hemos visto por muchos motivos. El repertorio no dejó indiferente a nadie, tocaron lo que debían y más, con un final impresionante con una versión alucinante del himno “Ace of Spades” seguida por otro de sus míticos temazos como el “Overkill”. Como no podía ser de otra manera rompieron las reglas y les dejaron estar más tiempo que aprovecharon para presentar al resto de la banda. ¡¡¡Larga vida a Lemmy y a los Motorhead!!!
Nos tomamos un merecido descanso para cenar algo y asimilar lo vivido. Una hora después regresamos al escenario principal para ver a los finlandeses Children Of Bodom, que eran uno de los grupos de los que más se veían camisetas entre el público estos días. No defraudaron ni un ápice y si no fuera por el resto de bandas de la jornada su concierto estaría en el podium del día. Dejaron caer algún tema que estará en su próximo álbum previsto para octubre con el título “I Worship Chaos”.
Teníamos cierto miedo de regresar al #RitualStage porque tanto Expire como Deez Nuts lo habían bordado pero todavía nos quedaba Terror y, efectivamente, llegamos a pasar miedo. Uno ya no está acostumbrado a tal cantidad de gente saltando, volando unos encima de otros e intentando acabar en la valla antipánico. Por decirlo suavemente, nos costó realizar nuestro trabajo pero lo disfrutamos casi tanto como los que se batían a codazos. Brutal es decir poco, la palabra exacta es terrorífico.
Entonces pensamos: «¡ya está!», por mucho que hagan los In Flames no podrán superar los listones anteriores… pero no. Cuesta escribirlo por el respeto que le tenemos todos a una #leyendaconestrella como Lemmy Kilmister y a una banda tan #exageradamentebuena como Motörhead pero los suecos In Flames pusieron en llamas a los presentes con un concierto espectacular tanto por su sonido como por los elementos visuales y lleno de sus mejores temas como “Alias”, “Cloud Connected”, “Deliver Us” o “Rusted Nail”. Y llegó el segundo momento de la noche cuando Anders Friden pidió la pancarta del chico de la primera fila y nos la enseño. Ponía que quería subir a cantar “Take This Life”. Y el sueño escrito en un trozo de cartón de un chico llamado Javier se convirtió en realidad; pasó la prueba con muy buena nota. Ha nacido una estrella y no es la nuestra, se llama Javier.