Tras 7 días de frenética actividad por gran parte del territorio español, llegaba el gran día ansiosamente esperado por Ryley Walker: el viaje exprés a Marruecos. Sin planes preconcebidos y con unos cuantos consejos y recomendaciones de amigos, emprendimos rumbo a Tarifa al ritmo del «Marrakech Express» de Crosby, Stills & Nash. Allí nos esperaba un ferry con destino a Tánger.
Aún con la emoción de ser la primera vez en pisar África, nada más bajar a puerto un guía nos fichó por las pintas y con un buen dominio del inglés y el castellano se prestó a acompañarnos y enseñarnos los rincones que más le podían interesar a esta expedición #RyleyWalkerRoadTrip. Aceptamos el trato y nos dispusimos a visitar el Petit Zoco y el Zoco grande con un Ryley entusiasmado de estar perdido entre las pequeñas callejuelas de la Medina, las mismas que pisó décadas atrás el guitarrista Davey Graham, uno de sus héroes.
Visita al Café Central y el Café Tingis, los únicos abiertos a esa hora por el Ramadán, para tomar unos deliciosos tés y subida al Kasbah, la antigua fortaleza de la ciudad desde donde pudimos admirar unas grandes vistas. Bajada con nuestro guía con parada en una fábrica textil artesanal donde Ryley y Diego pusieron en práctica sus dotes de regateo para hacerse con una preciosa alfombra y una chilaba hecha a mano.
Llegaba el momento de buscar alojamiento y un maravilloso «bed and breakfast» en plena Medina se apareció ante nosotros. Nos despedimos del atento guía, que amenizó las calurosas caminatas con anécdotas de estrellas de cine y rodajes, y nos perdimos por Tánger bañados por la puesta de sol y con los rezos que marcaban el final de la jornada de Ramadán como banda sonora de excepción.
Antes de aventurarnos en la noche tocaba brindar con el único alcohol disponible, tres tercios de Estrella Galicia que trajimos con nosotros y que nos supieron a gloria. Desorientados pero felices, nos adentramos de nuevo en el laberinto para saciar el hambre a base de la típica gastronomía marroquí para terminar visitando el famoso Café Baba, lugar fetiche de Jagger, Richards y demás rockeros, escritores, artistas y punto de encuentro para los hippies en los setenta.
Vuelta al hotel para admirar las vistas nocturnas desde la terraza y brindar por otra experiencia inolvidable, y ya hemos perdido la cuenta…
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