Texto: J. Castellanos
Fotografías: Theyedropper
Cuando Boreals terminaron su recital, el trío se abrazó como si también hubiese ganado la Champions. El concierto que habían dado bien lo merecía. Y es que, aunque la sala El Sol de Madrid no tenga el tamaño del Estadio Olímpico de Berlín y lamentablemente la música no suele concentrar a tanta gente como del deporte rey, las emociones que ambas disciplinas transmiten, tan primitivas y bellas, no son comparables a nada más en el mundo.
La comparación tiene su explicación. Los barceloneses ayer tuvieron mucho del equipo que ganó su quinta copa de Europa. Hubo victoria y lo hicieron bonito. Pese a su rabiosa juventud, la música trabajada desde la mente de Víctor y Xavi Paradís y Miquel Serra ya venía apuntando maneras desde hace años. Si “Antípodas”, editado en 2013, mostraba a una formación con grandes ideas y mucho que decir, ha sido con su reciente álbum “S/T” con el que han terminado de demostrar que son una de las bandas más originales que han salido en los últimos tiempos. Electrónica, ritmos post rock y hasta vena jazz se concentran en un solo ente llamado Boreals que parece sacar cada una de sus melodías desde las entrañas de los sueños. El propio trío cataloga su música como orgánica. Ninguna etiqueta podría definirlo mejor. El público que ayer se congregó en El Sol andaba en un estado intermedio entre la contemplación inevitable y los movimientos involuntarios provocados por las capas sonoras que la banda fue creando sobre el escenario.
En la noche puramente catalana que fue ayer también estaban metidos Ocellot. El quinteto -ayer cuarteto- fue el encargado de poner los primeros compases a la noche en El Sol, presentando su nueva y recién estrenada referencia junto a Boreals en una nueva cita de 981 Heritage. “Jelly Beat”, en la onda de Animal Collective, es un trabajo decorado con tropicalismo y sonidos plásticos, extravagante y rebosante de creatividad que ayer dio una brillante muestra de su gran estado de forma. Si Boreals ofrecieron una clase maestra de hipnotismo y sobriedad, Ocellot fueron eminentemente intensos, sin un solo respiro e impregnando con sus texturas las paredes de la sala madrileña.
La carrera de ambas formaciones ha funcionado de forma paralela. Tanto Ocellot como Boreals debutaron en 2013 y 2015 les ha congregado en Foehn Records para publicar sus respectivos segundos álbumes, dos trabajos muy destacables que también han servido para demostrar que su estancia en la música no es anecdótica. La noche de ayer fue claro ejemplo de ello.