Podrían ser etiquetados como la banda más culpable de que la cara más lacónica del Nueva York que pintaron Lou Reed y Tom Verlaine haya atravesado todos estos años y siga viva a estas alturas. Viva porque, tras haber puesto su carrera en punto muerto en febrero de 2005, han decidido retomarla. Efectivamente, Luna vuelven y lo hacen con la misma formación que tuvieron entre 1999 y 2005 (Dean Wareham, Britta Phillips, Lee Wall y Sean Eden).
Un movimiento que deshiela aquella declaración de su líder, Wareham, cuando en el otoño de 2004 anunció que tras la publicación del que iba a ser su último disco de estudio, «Rendezvous», y la gira de presentación que lo seguiría, el grupo iba a decir adiós. Cumplieron la promesa… hasta ahora, que ese capítulo se cierra y empieza el siguiente. El libro va a seguir siendo el mismo: el que empezó a escribir Wareham tras la disolución de su anterior banda, Galaxie 500, y con el que se dedicó, a través de siete discos de estudio y uno en directo -entre 1992 y 2005-, a llevar a terrenos con más pulsaciones y más afilados las canciones elípticas y envolventes de su citada banda previa, esas en las que Wareham aportaba una voz de tenor planeadora y texturas de guitarra a fuego lento. De Rosebuds a Broken Social Scene, de Beachwood Sparks a Black Rebel Motorcycle Club, la sombra de Luna es muy alargada. Tras diez años parada, vuelve a caminar.