Guadalupe Plata vuelve de madrugada a la casa victoriana donde la banda se hospeda, a la sombra de una enorme, redonda iglesia en desuso que se alquila para raves. Llevan guitarras, bombo y barreño – acaban de presentar estas canciones nuevas a su enloquecido público en un repleto sótano de Soho.
La casa queda a un kilómetro del estudio Toerag donde han pasado los últimos cinco días grabando los once temas del disco. Cinco días grabando el sonido de una sala a cintas de una pulgada; seis micros, tres viejos amplificadores, y dos cintas de media hora cada una, señalando al productor, Liam Watson con dedos y pulgares, a través de una enorme ventana de cristal grueso. Liam con sus hojas de afeitar, cortando la cinta donde empieza y acaba la toma.
Y esta madrugada por fin ven el sol. Se quedan allí, escuchando la premezcla de las ocho pistas en un laptop.
Se levanta el sol ese domingo, y la banda se acuesta. «La mierda es buena», dicen, «a dormir, que es domingo».
Arrancamos esta misteriosa página del diario de Mark Kitcatt para anunciarles que el próximo 16 de marzo verá la luz nuestro próximo LP, grabado en Londres en el estudio Toerag (con Liam Watson al mando). Será publicado por Everlasting Records y presentado en todas aquella ciudades en las que se nos sea permitido hacerlo.