El 12 de septiembre WIld Beasts conquistarán la Sala Apolo de Barcelona en el 981Heritage con SON Estrella Galicia
Nada más sacar su primer single, en 2006, ya fueron fichados por Domino Records. Directos a una de las más prestigiosas del indie. Buen ojo el del sello: al año siguiente ya aparecían en la lista de las diez bandas que, según ‘New Musical Express’, estaban destinadas a ser las siguientes en copar titulares y premios. Y así ha sido. En 2008 llegó el LP de debut, “Limbo, Pato” (2008), para abrir el apetito de los medios y arquear las primeras cejas. Luego el empujón definitivo, con “Two Dancers” (2009), el que dejó a esos medios y esas cejas rendidos ante la exuberancia de su dramatismo, liderado por la voz de Hayden Thorpe. Cayeron críticas con muchas estrellas, también alguna nominación a los Mercuy Prize y se confirmó el triunfo de una apuesta valiente, excéntrica y ambiciosa por el rock británico de pura raza.
En este caso, uno en el que confluyen los gustos del seguidor de Orange Juice y los del de The Smiths. Uno en el que también se encuentran aristocracia y anarquía. En mayo de 2011 publicaron su tercer álbum, “Smother”, con su gusto por la belleza atemporal expresándose de forma más concisa y directa. Con más desnudez en los arreglos y nocturnidad en el tono. El cuarto paso lo han dado con «Present Tense», este febrero, el más completo de todos, un disco que ríe y que llora, que se detesta a sí mismo y al siguiente segundo se adora. Que ha sido descrito como pop afilado, con carga pollítica, brutalmente honesto, un tratado de once canciones exigentes, sin el barniz de la superficialidad, en las que Billy Bragg y lo mejor de The xx se llegan a dar la mano. Ese momento y ese sonido.